Sunday, December 9, 2012

On/Off: Luz en la oscuridad

Estoy seguro que no me equivoco al decir que todos estamos muy contentos por el magnífico curso que el maquinista Juan preparó para todos nosotros. Ha sido una experiencia asombrosa en varios frentes: las lecturas diversas, las discusiones animadas, los proyectos innovadores... y el ensayo que ahora tenemos que entregar dentro de una semana! Y no hubo mejor manera de terminar las clases que invitar a don Erick Martínez Richards, poeta del borderlands. La charla con Erick fue estupenda, respondió nuestras preguntas de manera íntima y no dijo no a la cerveza en el Grad Club!

El poema de Martínez al que yo me referí en mi pregunta fue "Figuras en el fuego." Mi interrogación era sobre si este en poema particular mostraba la temática de la melancolía en el exilio y la denuncia a la dictadura que lanzó a Martínez, y muchos otros, fuera de su tierra. El poeta contestó que a pesar que algunos versos mencionan la figura del soldado y de la fusilación, la intención de "Figuras" no fue la denuncia en particular. La estética, dice Martínez, ha sido siempre su prioridad en la escritura, y que muchas veces sus creaciones incluyen diversas imagenes que no deben jerarquizarse para decidir qué temas son los más importantes...

He leído de parte de varios críticos que los escritores son los peores para estudiar sus propios textos, y de muchos escritores que los críticos no tienen idea de qué tratan en realidad sus escritos. Y tal vez tienen razón ambos, nosotros los críticos en ocasiones salimos con unas teorías que parecen un poco fuera de la realidad, y los escritores muchas veces contestan con el típico "fue un sueño, nada más" que simplifica el texto para ellos.

On/Off, quizá el secreto se encuentra en un apagar y encender la máquina. Usar un poco de las teorías literarias sin olvidarse de la poética que tanto admiramos. Como en el poema de Martínez, debemos encontrar esa luz en la oscuridad, "los miles de soles nocturnos" que nos iluminan al leer la poesía de don Erick. En otras palabras, el objetivo de la práctica crítica no debería ser encontrar el significado concluso del texto literario, sino una interpretación que pueda dar lugar a nuevas interpretaciones: el sol no es uno, son varios y sus luces no nos dejan ciegos; al contrario, nos permiten ver más estrellas.

On/Off, encendimos la máquina, ahora pongámosla por un ratito en break time para después volverla a encender...

¡Muchas gracias a todos y todas, y en especial al maquinista principal!

Martínez Richards, Erick. Tequila Sunrise. Proyecto Patrimonio, 2005. Web. 9 Dic. 2012. <http://www.letras.s5.com/em130105.htm>

Abriendo la frontera

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/af/Mojados.jpg


En mis previas lecturas de Gloria Anzaldúa no había reparado en los poemas que incluye en su libro Borderlands/La Frontera. Todos ellos muestran con pasión la realidad del inmigrante no solo en los Estados Unidos, sino que en la situación en que nos encontramos muchos de nosotros. Debo de admitir, sin embargo, que muchos inmigrantes han pasado experiencias traumáticas y, en algunos casos fatales, con el objetivo de cruzar la frontera. Así nos hace ver Anzaldúa, en particular, en su poema "sobre piedras con lagartijos."

Anzaldúa dedica su poema a "todos los mojaditos que han cruzado para este lado" (143). El término mojado se refiere (en forma despectiva originalmente, pero luego reclamado por los inmigrantes mismos) a los inmigrantes que se dan a la tarea de cruzar el Río Grande, el cual marca parte de la frontera entre México y Estados Unidos. Como nos recuerda Anzaldúaha, este río y muchos estados -- entre los cuales se encuentran Texas, Nuevo México, California, Arizona, etc. -- fueron adueñados por los gringos durante la guerra con México a mediados del siglo diecinueve.

La experiencia del mojado es simplemente dramática: caminar durante días bajo el sol del desierto, cruzar un río al nado (probablemente de noche, para que no los vean), escapar de la vigilancia de las autoridades estadounidenses y sus "fuerzas voluntarias." Anzaldúa escribe:
"Tengo que descanzar,
ay que tierra tan dura como piedra.
Desde que me acuerdo
así ha sido mi cama,
mi vida. Maldito fue el día
que me atreví a cruzar.
Nada más quiero hacer unos cuantos centavos
y regresar a mi tierra" (143).
La voz narrativa es de un inmigrante, un "mojado," en la experiencia misma de cruzar la frontera. El inmigrante ha entrado en reflexión mientras se refugia de los gringos, a la caza de inmigrantes en el desierto. El mojado quiere cambiar su vida, pero se ha dado cuenta que poco va a tomar otro rumbo al entrar en el país que imaginaba como la tierra de las maravillas. Se arrepiente, pero hay poco que pueda hacer ahora; ha tomado la decisón de cruzar con el objetivo de lograr algo de dinero y volver a su "tierra," como la llama con mucho apego.

Muchos se preguntaran, ¿por qué se atreven a cruzar? ¿Pueden unos "cuantos centavos" justificar arriesgar la vida? Anzaldúa nos comunica que la respuesta puede ser simple para muchos: la familia. El mojado se pregunta, "¿Cómo la estará pasando mi vieja?" y añade:
"Ayá la dejé con los seis chiquitos.
Tuve que dejarlos,
dejar ese pinche pedazo de tierra
El maíz no levantaba cabeza
ni llegaba hasta mi rodilla.
Por mis hijos estoy aquí como animal
en el regazo de la madre tierra.
Ojalá que la Santísima virgen me tenga en sus manos" (143).
Varios elementos se entrelazan en esta breve cita: familia, economía, ecología y religión. La familia aparece como la prioridad en la mente del inmigrante, por ellos es que se ha atrevido a cruzar y por ellos es que sigue caminando a pesar de la dura situación en que se encuentra. Pero la realidad socio-económica y ecológica es lo que ha empujado a que la familia del inmigrante no se pueda sustentar. Las injustas relaciones entre México y Estados Unidos siguen presentes con el gigante poniendo a los demás en sus rodillas con tal de cumplir su ambición y gula. Los otros, en hambruna, recurren a la religión para de alguna forma encontrar algún significado que seguir en la vida.

Sin embargo, de poco sirve la esperanza del inmigrante cuando se enfrenta a la 'immigration': "¿De quién son esas botas / lujísimas que andan / hacia mi cara?" (145). La ley separa la frontera, la familia la acorta. Mientras los deseos básicos por lograr una vida justa son rechazados por la realidad de la frontera, el inmigrante no se detiene: a pesar de muros y modernos sistemas de detección, la lucha del mojado continúa, y en el proceso abre la frontera, la borra y la vuelva a crear... "mi tierra" siempre será la tierra a regresar.

Les recomiendo este documental de Al Jazeera sobre la experiencia de una familia, separada por la frontera: http://www.aljazeera.com/programmes/witness/2009/02/200929125531523780.html

Anzaldúa, Gloria. Borderlands/La Frontera. San Francisco: Aunt Lute Books, 1999.

Sunday, December 2, 2012

Rayuel-o-Matic

Julio Cortázar, "De otra máquina célibe," La Vuelta al Día en Ochentas Mundos (http://www.literatura.org/Cortazar/Vuelta_al_dia/LV_maquina.html)
Rayuela se ha analizado por diversos críticos literarios como una novela del hipertexto, al estilo de la world wide web con sus enlaces entre páginas. Según las instrucciones, o sugerencias de su autor, Rayuela comienza en el capítulo 73, de donde se continúa con el capítulo 1, y de pa' alenta pa' atrás saltando de casillas en casillas. La estructura de la novela se conecta a la filosofía, ya que como explica Cortázar alias Morelli, "Digamos que el mundo es una figura, hay que leerla. Por leerla entendamos generarla" (384). En otras palabras, puentes deben ser establecidos para así concebir una imagen (o figura, de acuerdo a Morelli) del mundo del lector. El hipertexto en este sentido sirve para saltar de un texto al otro y en el paso recolectar información por el lector.

Cortázar relata en su obra de dos volumenes La Vuelta al Día en Ochenta Mundos que en 1964 recibió correspondencia de Argentina de parte del "Instituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires," en el cual se había formado una comisión de trabajo para producir una máquina de lectura de Rayuela: la Rayuel-o-Matic. La innovadora creación artístico-maquinista tenía por ende que el lector no usara sus manos mientras los capítulos de la novela iban aparaciendo con el uso de unos cuantos botones. Cortázar explica los botones A, B, C, D, E, F:
A — Inicia el funcionamiento a partir del capítulo73 (sale la gaveta 73 ); al cerrarse ésta se abre la No. l, y así sucesivamente. Si se desea interrumpir la lectura, por ejemplo en mitad del capítulo 16, debe apretarse el botón antes de cerrar esta gaveta.
B — Cuando se quiera reiniciar la lectura a partir del momento en que se ha interrumpido, bastará apretar este botón y reaparecerá la gaveta No. 16, continuándose el proceso.
C — Suelta todos los resortes, de manera que pueda elegirse cualquier gaveta con sólo tirar de la perilla. Deja de funcionar el sistema eléctrico.
D — Botón destinado a la lectura del Primer Libro, es decir, del capítulo 1 al 56 de corrido. Al cerrar la gaveta No. 1, se abre la No. 2, y así sucesivamente.
E — Botón para interrumpir el funcionamiento en el momento que se quiera, una vez llegado al circuito final: 58 - 131 - 58 - 131 - 58, etcétera.
F — En el modelo con cama, este botón abre la parte inferior, quedando la cama preparada.
Más recientemente, el "Proyecto Rayuel-o-Matic Digital Universal" (http://www.oocities.org/espanol/rayuel_o_matic/) ha continuado la máquina en el contexto de la WWW. Su proyecto consiste en la copia del texto de Rayuela por capítulo de forma colectiva, lo cual posibilita al lector de la novela la fácil navegación y la formación de nuevos puentes entre capítulos. También incluyen enlaces al sitio para colaboradores e interesados. 

Rayuela se adelanta a su tiempo con una literatura de hipertextos, enlaces entre capítulos de acuerdo al lector. Las conexiones entran abiertas para ser creadas en cada lectura, y con ello se establece una relación lector-texto-autor que continúa el puente del acto de leer. Cortázar es así capaz de presentar una estrúctura de novela que resuena con su propia filosofía de la literatura.
 
---. "De otra máquina célibe," La Vuelta al Día en Ochentas Mundos (http://www.literatura.org/Cortazar/Vuelta_al_dia/LV_maquina.html)

Cortázar, Julio. Rayuela. La Habana: Fondo Editorial Casa de las Américas, 2004.

Literatura comprometida

Con la lectura de Julio Cortázar para esta semana de discusiones en la clase de encrucijadas, me vino a la cabeza que quizá para una nueva puesta en camino de la máquina se podría agregar lo que se llamó en los años sesenta y setenta como la "literatura comprometida." La situación socio-económica y política de Latinoamérica en ese entonces, más la influencia de la revolución cubana en 1959, llevó a la lucha armada en muchos de nuestros países. El conflicto que se generó dentro del contexto de la guerra fría causó la toma del poder de dictaduras militares con el apoyo explícito de los Estados Unidos a través de entrenamiento militar (la famosa Escuela de las Américas en la Zona del Canal panameño), armamento, e invasiones a cualquier costo.

Diversos debates surgieron entre los escritores e intelectuales sobre el rol que deberían tomar dentro de la represión militar y la lucha revolucionaria de las guerrillas. Sugiero la lectura de la revista uruguaya Marcha, en la que los escritores del boom contribuían con frecuencia, con especial atención al debate entre Cortázar y Oscar Collazos. Igualmente, el texto que publicó en la revista el Che Guevara en 1967 sobre el 'hombre nuevo' sería de particular interés. El 'hombre nuevo' es quien yuxtapone actividades intelectuales con la lucha social, y el cual sirve de modelo para muchos autores. Lecturas adicionales en cuanto a la crítica podrían incluir Hacia la liberación del lector latinoamericano (1984), de Ariel Dorfman; y Literatura y clase social (1983), por Angel Rama.

Cortázar me sirve de ejemplo porque lo que he estudiado para mi tesis de maestría (http://atrium.lib.uoguelph.ca/xmlui/handle/10214/3116) y planeo seguir quebrándome mi cabeza pensando en él para mi doctorado. Es un modelo interesante porque a pesar de su intenso apoyo por la revolución cubana y las luchas sociales en otros países, siempre enfatizó su independencia política en cuanto a su literatura. Para el escritor, nos enseña Cortázar, no es necesario escribir ficciones implícita o explícitamente política para considerarse comprometido. Sin embargo, la presión que recibió de varios llevó a Cortázar a escribir Libro de Manuel (1973), una novela en que intenta mezclar su creatividad con el mensaje político. Yo considero que Cortázar esperaba de antemano la dura crítica que recibió, ya que en la introducción el anuncia que su propuesta ficticia no se podía dejar llevar por cien por ciento en la línea de la política.

Otros libros que podrían entrar en el estudio de la literatura comprometida pertenecen a lo que se llamó como la narrativa del testimonio, entre los que encontramos al nicaragüense Omar Cabezas con su La montaña es algo más que una inmensa estepa verde (1982). Cabezas fue un importante guerrillero sandinista, quienes celebran la caída de la dictadura somocista en 1979, y con ello se intensifica el conflicto armado en Centroamérica. Honduras pasa a ser la base estadounidense de donde se arma a los contras, los cuales se dedican a atacar el gobierno socialista nicaragüense; El Salvador vive años de represión y guerra; y Guatemala cae en las garras del genocidio de indígenas a manos de los militares y paramilitares. Me llamó Rigoberta Menchú (1983), podría servir para cerrar el ciclo de lecturas y dar paso a discusiones en clase sobre el rol de la literatura en la política y vice versa.

Tuesday, November 27, 2012

La Máquina Rizomática


¿Han notado esas flores voladoras que inundan los jardines, parques y demás en la primavera? ¿Se sienten tan a gusto como yo al soplarlas y verlas volar por todos lados? Algunas personas las llaman "malas hierbas" porque no entran dentro de sus planes de jardinería. La verdad es que son hierbas buenísimas ya que se expanden como virus y son muy difíciles de exterminar. Son como las hormigas (si miran una hormiga significa que hay miles de amigas hormigas), las ratas (se mete una, mejor conseguir un gato para que se las coma en el período de años que tratar de matarlas a todas en unos cuantos días)... son rizomas.

En el mundo de la botánica, se define al rizoma como las complejas raíces que conectan plantas y les hace posible propagarse: de la raíz surge una nueva planta, y esta nueva planta extiende la raíz para así continuar la expansión del territorio cubierto ("Rhizome"). En la foto pueden ver pasto con las raíces conectándose con una infinidad de otras raíces. Lo interesante es que una planta pasa a ser más de una, a pesar de ser una planta la relación con otras es compleja ya que no están separadas las una de las otras. La forma en que las raíces las conectan forma una vida en que la planta individual es también una multiplicidad de variaciones.


La idea del rizoma ha sido desarrollado como un concepto filosófico por Gilles Deleuze y Félix Guattari, teóricos franceses, en los libros de la serie de título Capitalismo y Esquizofrenia, en la que también abordan la máquina como flujos e interrupciones, la ontología del devenir, el cuerpo sin órganos, entre otros conceptos. Para Deleuze y Guattari, el rizoma se debe mirar más allá de un sistema de raíces. Ellos proponen más bien el rizoma como una multiplicidad de líneas que pueden ser conectadas de infinitas maneras. Dicen, "cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo" (13). Pensemos, por ejemplo, en las hormigas y la fácil aptitud que tienen para adaptarse ante cualquier cambio que queramos imponerle. ¿Han alguna vez pasado su dedo por el camino de las hormigas? ¿Y han visto como, después de unos minutos de ansiedad, encuentran un camino nuevo y continúan con sus encargos?


Quisiera re-imaginar, re-conceptualizar la máquina cultural de nuestra clase en base al rizoma: propongo una máquina rizomática. Una máquina en el sentido en que la hemos estado usando tiene múltiples piñones de movimiento y velocidad. Son flujos e interrupciones que se comunican entre sí en ocasiones, y en otras se separan para acelerar por cuenta propia. En las palabras del maquinista Juan Sánchez, la máquina es un objeto en construcción y "cuyos piñones y poleas pueden reemplazarse o ensamblarse a otras máquinas" (1). Así, la máquina cuestiona y rechaza las clasificaciones determinantes que dividen la literatura por géneros, muchas veces incomunicables los unos de los otros.

Sin embargo, yo sugiero que el uso de nombres de géneros y regiones geográficas (orientalismo, el Caribe, la ciudad luz)  para referirse a las encrucijadas puede dificultar la conceptualización de la literatura latinoamericana fuera de las categorías totalizantes de la academia estructuralista. Mi temor es que el uso de la "Ciudad Luz" para leer a Cortázar y a Darío, por ejemplo, lleve a que estos autores se imaginen dentro y solo dentro de París, sin tomar en cuenta la influencia que pueden haber tenido de tantos escritores y de variados géneros. Miro a los géneros como herramientas útiles de análisis hasta cierto punto, pero de una manera plástica y elástica, sin caer en la trampa de leer a García Márquez dentro de una caja llamada realismo mágico.

Igualmente, quizá la imagen de una máquina para imaginar la máquina no sea el apropiado. Estoy de acuerdo en que la dinámica interacción de los piñones, como han sido presentados en clase, muestra un rizoma en sí. Pero, la máquina en su sentido literal trae a la mente un sistema mecánico que no responde a la interacción rizomática a la que estamos tratando de llegar con el análisis de autores y las influencias incontables que han recibido de las distintas encrucijadas. Un sistema mecánico maquinista, debemos recordar, se basa en un control espacial y temporal, con el fin de producir un artículo de comercio. La máquina estaría mostrando lo contrario del rechazo a las clasificaciones incontrolables de la sociedad moderna.


Imaginemos la literatura latinoamericana como un jengibre, un modelo de rizoma. Sería prácticamente imposible tratar de hallar dos jengibres de la misma forma (alusión a Antonio Benítez Rojo y su isla que se repite). Cada cual muestra una pequeña máquina, flujos de materia que a ratos se interrumpen para formar esos túneles. Son rizomas porque se extienden y se conectan para dar paso a nuevas plantas, las cuales podemos imaginar como los libros, las creaciones del rizoma. Las encrucijadas en el jengibre podrían ser las interrupciones que sufren en cierto momento, en los cuales el rizoma de la literatura latinoamericana necesita de nueva energía para continuar su expansión artística. Las interrupciones, o encrucijadas, serían de esta manera no un género o clasificación sino la señal de nuevas conexiones: Bolaño leyendo a Cortázar quien lee a Arlt, que convivió con Borges, que leyó a Darío, quien se anticipó a Cardenal, quien aparece en los borderlands, donde no solo está Anzaldúa, tal vez también Arguedas...


Rizomas como las encrucijadas, y las plantas como los libros que generan - libros que expanden los rizomas y abren nuevos horizontes.

El punto que quiero enfatizar con esta re-conceptualización y re-imaginación de la máquina es que cada libro procede de influencias infinitas, y que una buena obra lo que hace es moverse por ese rizoma para formar una conexión de líneas rizomáticas, de encrucijadas, que no se había visto antes. La multiplicidad en la creación individual sobrevive así a las categorías geográficas, genéricas, y temporales que dividen en unidades archívales a los autores con sus libros. Citando a Deleuze y Guattari, "La noción de unidad sólo aparece cuando se produce en una multiplicidad una toma del poder por el significante" (14). La toma de poder se evidencia en la división histórica de la literatura, con cada género refiriéndose a una decada o decadas en específico. Sin embargo, me parece, y como ya hemos experimentado en nuestras lecturas, muchos autores de años atrás se "adelantaron" a lo que vendría después. José Juan Tablada, es un excelente caso, con su Li Po dejando atrás a Apollinaire.

Con el rizoma, temporalidad, geografía y/o género no afectan las encrucijadas. Genera un concepto de la literatura que juega con las categorías para formar análisis creativos. Como arguye Morelli, super-ego de Cortázar en Rayuela, "Error de postular un tiempo histórico absoluto: Hay tiempos diferentes aunque paralelos" (482). El rizoma crea ideas de tiempo y geografía elásticos, en el que no sirven de guías o normas sino de líneas con las cuales trabajar para crear enlaces nuevos. Con estas líneas, nosotros podemos imaginar nuevas conexiones, nuevas ideas, un horizonte de acción y teoría basado en rizomas en continúa expansión, por nosotros y para nosotros mismos.

Continuemos leyendo, comiéndonos los libros como pequeñas ratas de bibliotecas que agarran un poco de aquí y algo de allá para crear algo nuevo... Sigamos nuestro recorrido rizomático, atravezando las encrucijadas para expandir nuestro techo académico. Máquina en construcción.




Cortázar, Julio. Rayuela. La Habana: Fondo Editorial Casa de las Américas, 2004.

Deleuze, Gilles y Félix Guattari. "Introducción: Rizoma," Mil Mesetas: Capitalismo y Esquizofrenia. Trad. José Vázquez Pérez y Umbelina Larraceleta. Valencia: Pre-Textos, 2002

"Rhizome." Britannica.com. Encyclopaedia Britannica. Web. Nov 27, 2012.

Sánchez, Juan. Sílabo: La Máquina Cultural. Archivo PDF.

Sunday, November 25, 2012

El poeta loco

Se dice en mi paisito que todos los nicaragüenses tenemos algo de poeta y de loco. Aparte de que a veces nos vuelven loco con todo lo que nos meten de Rubén Darío en la escuela (como dice Huidobro, poesía poesía poesía, demasiada poesía), Nicaragua resalta con su historia de poetas. No solo Rubén Darío y Ernesto Cardenal, también han pasado por la tierra de lagos y volcanes Salomón de la Selva, Alfonso Cortés, José Coronel Urtecho, Azarías H. Pallais, Pablo Antonio Cuadra, Manolo Cuadra, Joaquín Pasos, Carlos Martínez Rivas, Fernando Silva; más recientes: Gioconda Belli, Leonel Rugama, Daisy Zamora... ¡incluso Daniel Ortega y Rosario Murillo han publicado poesía! Yo lo intenté, pero no salió mucho... Me quedo más bien en el análisis de texto y la filosofía, pero cada quien con lo suyo, ¿no?

Y ya que me pongo en las de analizar, el problema que he encontrado con nuestro orgullo poético, especialmente con Darío, es que se habla mucho de lo perfecto que Rubén escribió y fue en su vida. Se entiende hasta cierto puento el por qué de ese discurso de orgullo dariano, ¿qué más se puede decir a niños de primer grado memorizando "Caupolicán"? Sería un trauma para los niñitos saber que Darío murió por sus excesos alcohólicos y que sus poemas incluyen variados temas eróticos, lúdicos, políticos, y se podría decir, de rechazo a su tierra (se menciona docenas de veces a París, y una sola vez a Nicaragua en Azul...).

Como pueden ver, leer a Darío con un ojo crítico es una experiencia reveladora para un nicaragüense. Se abren puertas de interpretación, las cuales se habían cerrado con candado en el sistema de educación de Nicaragua: no hay discusión sobre los poemas, simplemente memorización, declamarlos en actos especiales, y contestar preguntas en el examen de español de acuerdo a lo que dijo el maestro en clase. Ahora, leer y sentir que uno puede ver el poema a su propio gusto es casi un acto de rebeldía, lo cual siempre tiene algo de bueno. Y algo que he notado en mi nueva lectura de Azul... es precisamente lo que mencionaba al principio, que Darío quizá estaría de acuerdo con el dicho que conecta el ser poeta con el estar loco en la personalidad del nicaragüense.

En tres de sus cuentos en Azul... (¨"El Rey Burgués," "La Canción del Oro" y "El Pájaro Azul"), Darío describe al poeta como una persona aparte de la norma, alguien de los 'otros'. En "El Rey Burgués," el poeta es una "rara especie de hombre" (47) que el rey no puede comprender. A pesar de la diga explicación que el poeta hace de lo que significa la búsqueda del "verso que está en el astro" (48), el rey lo interrumpe para preguntar "¿Qué hacer?" (49). El poeta aparece al otro lado del espectro del positivismo y la burguesía, las definiciones de uso no entran en la mentalidad del artista de la palabra, y por ende los intentos de comunicación con el utilitario son prácticamente inútiles. A pesar de estar frentre a una de las personas que mejor conoce el idioma, el rey cierra sus oídos con tal seguir comprendiendo el mundo de acuerdo a su limitada perspectiva.

El poeta es catalogado como raro por su apertura a la sensibilidad del mundo a través del lenguaje, en contraste con la cerrada visión del burgués. Así, en "La Canción del Oro," el poeta se coloca en el grupo de de marginados de la sociedad: "¡Eh! miserables beodos, pobres de solemnidad, prostitutas, vagos, rateros, bandidos, pordioseros peregrinos, y vosotros los deterrados, y vosotros los holgazanes, y, sobre todo, vosotros, ¡oh, poetas!" (81). El poeta comprende su posición y no busca escapar de ella. Venderse a la sociedad significaría caer en la mentalidad del rey burgués para quien todo debe tener un uso y fin. El poeta es visto como un loco, un marginado, por su rechazo a la norma, a las convenciones sociales.

El tema de la locura y el poeta es más evidente en "El Pájaro Azul," donde pájaro azul es el apodo que sus amigos le dan a Garcín, el poeta de la historia. Garcín se refiere con frecuencia al pájaro azul que tiene en la cabeza: "Sí; dentro de la jaula de mi cerebro está preso un pájaro azul que quiere su libertad..." (99). Me llama la atención que el cerebro sea descrito como una jaula, y aquí veo, como en los cuentos anteriores, un rechazo al positivismo ya que han sido las ciencias las que han dado al cerebro el poder que ahora aceptamos con facilidad. Y Garcín, por no querer aceptar que la normalidad es el estándar de la vida que todos y cada uno de nostoros debemos llevar, busca darle libertad a todos esos pensamientos que han sido apresados en las categorías de la razón.

La locura y la poesía, mano a mano en la creación y búsqueda del verso que está en el astro...  ¿Puede ser posible hallar un verso fuera de las normas del lenguaje y la razón a través de la normalidad? Mejor locos que positivistas, mejor poetas que burgueses...

Darío, Rubén. Azul... Lincoln, NE: ALBA, 1999.

Poesía existencial

La interesante plática en clase sobre la poesía de los vanguardistas latinoamericanos, y en especial sobre César Vallejo, me va a llevado a una re-lectura de los "Poemas Humanos" del peruano. Cada uno de sus poemas tiene algo especial, una llamada a seguirlos leyendo, a tratar de entrar en ellos. Y no es cuestión de "entender," sino de vivirlos a nuestra manera y sentirlos. Sentir la poesía de Vallejo es como una reflexión interna de la existencia, y presento su poema "Un hombre pasa con un pan al hombro..." de ejemplo.

En "Un hombre..." Vallejo muestra lo simple y profundo de la vida. Se basa en dos tipos de versos: abre con una oración descriptiva de la vida diaria, y responde con una pregunta que a simple vista aparece de naturaleza académica. Sin embargo, lo que yo he captado es más bien que Vallejo compara estos dos tipos de versos para abrir lo profundo, que normalmente se guarda para la academia, a lo simple, a lo cual muchas veces no abrimos los ojos. Vallejo escribe:
Un hombre pasa con un pan al hombro
¿Voy a escribir, después sobre mi doble?
Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo
¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?
Aquí vemos un Vallejo ironizando sobre la vida, contrastando lo que mira en las calles con lo que piensa en su cabeza. La filosofía y el psicoanálisis se quedan cortas ante la vida diaria, la cual continúa sin ningún problema. Las complejidades de las preguntas académicas dificultan muchas veces sus propias respuestas, y de esta manera imposibilitan su propio debate. La dialéctica a la que aspiran las ciencias y las humanidades cae en una trampa que los académicos se tienden a sí mismos al apartarse y cerrar los ojos ante lo que ocurre a su alrededor. Vallejo continúa:

Otro ha entrado en mi pecho con un pelo en la mano
¿Hablar luego de Sócrates al médico?
Un cojo pasa dando el brazo a un niño
¿Voy, después, a leer a André Bretón?

El surrealismo se quedaría con pocas palabras al saber lo que sucede en las calles del mundo ¿Para qué recurrir a los sueños de los sueños cuando la realidad es más ilógica que el mundo onírico? Al darse cuenta, el poeta pierde valor a seguir andando; antes de seguir escribiendo debe encontrar una justificación para escribir. Ha llegado a un punto en el que el artista percibe que ya todo está dicho, que la realidad contiene todo y cuanto se pueda decir y crear. La realidad, también, encierra injusticias que obligan al poeta a concentrarse fuera de la página:

Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre
¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?
Otro busca en el fango huesos, cáscaras
¿Cómo escribir, después del infinito?
Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Lo pesado y crudo de la realidad genera una dificultad para escribir sobre uno mismo, sobre las experiencias del escritor, y muchas veces con el fin de generar algo nuevo con tal de que el nombre del artista sea recordado por los estudiosos. Mientras tanto, la gente muere, la guerra sigue, la pobreza es mayor... ¿Vale la pena escribir estas líneas? Versos después del citado anteriormente, Vallejo finaliza: "¿Como hablar del no-yó sin dar un grito?" Estamos de acuerdo, poeta, muchas veces es necesario gritar. ¿Pero quién escucha?

Vallejo, César. "Poemas Humanos." Quiero escribir, pero me sale espuma: Antología. Bogotá: Facultad de Comunicación Social-Periodismo. Universidad Externado de Colombia, 2008.